lunes, 17 de enero de 2011

Instrucciones para irse a dormir siendo un miedoso

Estas en el sofá viendo la televisión a la una de la mañana y te entra el sueño: es hora de irse a dormir. Antes de moverte, te das cuenta de que en cuanto apagues la televisión, todo quedará en silencio y no habrá luz suficiente para ver cada esquina del salón con claridad. Lo primero que tienes que hacer es levantarte y encender la luz principal. A continuación, apagas la luz de la esquina, esa que apenas alumbra, y te diriges a coger el mando. Una vez tengas el mando en la mano, dale al botón de apagar. Rápidamente, ve hacia el pasillo y enciende su luz correspondiente. Aventúrate dentro del pasillo y ve hasta tu cuarto, encendiendo todas las lámparas que tengas en él. Terminada la iluminación total del habitáculo, llega la parte más temible: volver al salón y apagar todas las luces en el orden en el que fueron encendidas. Ve caminando despacio hasta el salón, y contén la respiración. Llegó la hora. Es el momento de la carrera imaginaria por tu vida. Apagas rápidamente la luz del salón y sales corriendo al pasillo (sin mirar atrás), apagas la del pasillo y corres aún más rápido que antes hasta que llegas a tu cuarto. Cierras la puerta bruscamente, antes de que aquello que temes entre y te asuste. Suelta, por fín, el aire y vuelve a respirar.
 A continuación, antes de introducirte en la cama, deberás comprobar el armario y no dejarlo abierto. Mirarás debajo de la cama y tras las cortinas. Si no hay nadie ni nada aterrador, puedes apagar la luz principal y dejar, únicamente, la luz de la mesita de noche encendida. Por último, acuéstate y envuelve tu cuerpo con las sábanas como si fueras un rollito de primavera. Únicamente deberás dejarte al descubierto de nariz para arriba.
¡Fantástico! Acabas de protegerte totalmente de cuaquier mal. Por fin, después de media hora, ya puedes apagar la última luz con total tranquilidad y sumirte en profundos sueños.

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